MURCIÉLAGOS
Biología
Los murciélagos son los únicos mamíferos que
verdaderamente pueden volar. Se los agrupa en un orden llamado Chiroptera (del
griego khéir que significa mano y ptero que significa ala).
El tamaño de los murciélagos varía según la especie,
desde una envergadura alar (medida tomada de punta a punta de las alas) de 12
cm. y apenas 2 g de peso en la especie más pequeña, hasta 2 metros y casi 2 Kg.
en los más grandes.
Sus alas, sostenidas principalmente por los huesos de
la mano enormemente alargados, están formadas por prolongaciones de la piel de
la espalda y el vientre que se extienden desde los lados del cuerpo, patas y
cola. La membrana alar es fina y elástica, consiste sólo de dos capas de piel
más una pequeña cantidad de tejido conectivo por donde pasan los vasos
sanguíneos y los nervios.
El dedo pulgar de las manos es corto, libre y posee
una uña ganchuda (salvo en la familia Furipteridae), que les ayuda a trepar y a
aferrarse a los distintos substratos. En la mayoría de los géneros de
murciélagos fruteros del viejo mundo (Pteropodidae), también el segundo dedo
tiene uña.
Salvo el pulgar, todos los dedos ayudan a extender la
membrana alar.
Como sus patas también ayudan a mantener el ala
abierta, no son capaces de caminar sobre ellas (salvo los vampiros). No
obstante la mayoría de los murciélagos camina en "cuatro patas"
usando las muñecas. Todos los dedos de los pies tienen uñas agudas y curvas.
La forma general de la cabeza varía más en los
murciélagos que en cualquier otro orden de mamíferos. Algunos tienen hocicos
muy alargados, mientras que en otros las cabezas son anchas y cortas. Esta
diferencia de formas está relacionada con el tipo de comida de cada especie.
Por ejemplo, los comedores de néctar tienen hocicos largos y puntiagudos, para
introducirlos en las flores, mientras que los comedores de fruta tienen caras
más cortas y anchas.
Las orejas varían desde pequeñas y redondas a grandes
y puntiagudas, y a menudo presentan un lóbulo cartilaginoso (trago) frente a
ellas, con una función sensorial. También hay mucha variación en narices y
labios, algunos poseen complejas hojas nasales, pliegues o arrugas en los
hocicos. La función de estas ornamentaciones no está bien comprendida aún, pero
puede tener que ver con la emisión de los llamados.
El número máximo de dientes de leche es de 22, los
dientes permanentes varían entre 20 como mínimo y 38 como máximo.
Una de las creencias más extendidas entre la gente, es
que los murciélagos son ciegos, originada en el hecho de que pueden volar y
maniobrar perfectamente en la oscuridad. Sin embargo, todos los murciélagos ven
bien, aunque algunos poseen ojos pequeños. Experimentos realizados con varias
especies han mostrado que son capaces de ver aún con bajos niveles de luz.
Aparentemente, los murciélagos carecen de conos en su retina, una
característica común en muchos animales nocturnos, y por lo tanto no podrían
reconocer los colores.
La gran mayoría utiliza para navegar, comunicarse y
capturar sus presas los ecos de sonidos de alta frecuencia que emiten por la
nariz o la boca. Esta habilidad, llamada ecolocalización, es mucho mas
eficiente y sofisticada que cualquier sistema electrónico comparable
desarrollado por los humanos. Estos sonidos están generalmente por encima del
límite auditivo humano.
Además de los sonidos de alta frecuencia utilizados
para ecolocalización, los murciélagos usan voces para expresar emociones o para
comunicarse. Se han detectado vibraciones del cuerpo entero, alas y patas,
aparentemente controladas a voluntad, cuando están satisfechos y descansando,
las que cesan cuando se duermen.
Casi todas las especies tienen una sola cría por vez
(y sólo una vez por año), que toma leche de las mamas como cualquier otro
mamífero.
En la mayoría de las especies las hembras sólo tienen
2 mamas en el pecho (en Lasiurus hay 4 mamas funcionales).
Los murciélagos son animales nocturnos, aunque muchas
veces pueden estar activos en horas crepusculares, rara vez en pleno día. Viven
en prácticamente todo el mundo, excepto los desiertos extremos y las regiones
polares. Aunque creemos que todos descansan durante el día en cuevas, pueden
utilizar una gran variedad de sitios: troncos huecos, debajo de las cortezas de
los árboles, entre el follaje, en grietas o agujeros del suelo o de rocas. Unas
pocas especies aprovechan los entretechos y otros lugares semejantes de las
construcciones humanas.
Hay murciélagos solitarios y otros que viven en
colonias de millones de individuos. Algunos efectúan migraciones de 1.600 Km.
durante las distintas estaciones del año, mientras que otros permanecen
inactivos hibernando los meses de invierno.
Durante la hibernación hay una gran disminución del
metabolismo, por lo que el consumo de oxígeno cae hasta 1/100 parte de la tasa
activa normal. Cuando duermen durante el día, muchos murciélagos entran en
semisopor o letargo, con disminución de su temperatura corporal, la que aumenta
al despertarse.
Mientras descansan los murciélagos dedican mucho tiempo
para acicalar su pelaje, usando la lengua y los pies.
La posición normal de descanso es cabeza abajo,
colgando de los pies, una posición muy confortable para ellos ya que sus
músculos y su circulación sanguínea están especialmente adaptados para esta
postura. Siendo los únicos mamíferos que pueden colgar patas para arriba, les
es más fácil encontrar hogares seguros. No hay muchos otros animales que puedan
vivir en el techo de una cueva o en lo más alto del hueco de un árbol. Estar
colgados cabeza abajo también facilita el comienzo del vuelo. Simplemente se
sueltan y abren las alas para volar en un instante.
Suelen ser muy longevos, llegando a vivir 30 o más
años.
De las casi mil especies distintas que existen en el
mundo (un cuarto de las especies totales de mamíferos del mundo), solo 3 se
alimentan de sangre y una sola de ellas de sangre de mamíferos. Son los
llamados vampiros y en realidad no chupan la sangre sino que la lamen de un
pequeño corte en la piel que producen con sus filosos dientes.
Otros murciélagos cumplen un rol importantísimo para
el mantenimiento de la biodiversidad y la reforestación de claros de las selvas
tropicales abiertos por el hombre o por los incendios, al dispersar gigantescas
cantidades de semillas de los frutos que comen o al actuar como polinizadores
de flores de plantas que de no existir los murciélagos jamás darían frutos, y
por lo tanto no se reproducirían. Entre otras valiosas plantas, dependen casi
exclusivamente de ellos el árbol que da la madera balsa, plátanos (bananas
silvestres), mangos, cactus de distintas especies, entre ellas los gigantes,
ágave (planta con la que se elabora la famosa bebida tequila), dátiles,
duraznos e higos silvestres, nueces y un árbol clave en los ecosistemas
africanos: el baobab.
Unos pocos murciélagos tropicales se alimentan de
peces, lagartijas, ranas y hasta de otros murciélagos.
Muchos se alimentan de insectos y son los mayores
consumidores del mundo de insectos voladores nocturnos. Algunas especies pueden
comer en una sola hora 600 mosquitos.
Entre los predadores que se alimentan ocasionalmente
de murciélagos están las aves rapaces, víboras y otros mamíferos (como
comadrejas, monos, felinos, murciélagos). Algunas personas incluyen a los
grandes murciélagos entre sus alimentos.
Estructura y vuelo
La necesidad de un soporte rígido para que los brazos
y manos funcionen como ala, ocasionó cambios estructurales importantes en el
esqueleto de los murciélagos:
Algunas de las vértebras están fusionadas.
Las costillas son aplanadas.
La articulación del hombro está firmemente anclada a
la clavícula, la que llega hasta el esternón.
Del esternón presenta generalmente una quilla central,
para permitir la inserción de los fuertes músculos que se usan para llevar las
alas hacia abajo. Los huesos largos son delgados, tubulares y livianos.
Los miembros inferiores se caracterizan por tener la
rodilla dirigida hacia atrás y afuera.
En el lado interno de la articulación del tobillo,
casi siempre hay un espolón calcáreo, llamado calcáneo o espuela calcárea, que
ayuda a extender la membrana de la cola (uropatagio).
Para volar los murciélagos necesitan un empuje
vertical para mantenerse en el aire y un empuje horizontal para moverse hacia
delante. Distintas partes de las alas tienen que hacer distintos trabajos.
La sustentación y el empuje vertical están a cargo
principalmente de la membrana alar entre el cuerpo del murciélago y su quinto
dedo. Sin esto, la gravedad haría caer al murciélago. La membrana entre los
dedos es más importante para el empuje horizontal. Los músculos que mueven las
alas (el trabajo del motor de un avión) son los mismos que usamos nosotros para
subir y bajar los brazos. Sólo que son mucho más poderosos que los nuestros en
relación al tamaño.
Moviendo los pulgares, los pies y las muñecas los
murciélagos pueden cambiar la curvatura de sus alas y así cambiar el empuje
vertical. Esto lo hacen de acuerdo a si están volando rápidamente o maniobrando
para capturar una presa.
Los murciélagos usan sus brazos y manos también para
otras cosas:
Para caminar, corriendo sobre el suelo, techos o
paredes.
Para trepar árboles
Para nadar
Para estirarse con sus dedos y alcanzar insectos,
flores o frutas
Para atrapar insectos de un golpe, y para evitar que
escapen
Para colgarse de techos o paredes
Como radiadores, para ayudar a controlar su
temperatura
Como refugio y protección de su cría
Como impermeable
Por la forma de las alas podemos saber las
características del vuelo de cada especie de murciélago:
Alas angostas y largas para vuelos rápidos, gastan
menos energía para volar grandes distancias.
Alas cortas y anchas para vuelos lentos, con mayor
maniobrabilidad, gastan más energía en vuelos cortos.
Algunos murciélagos con alas anchas son capaces de
revolotear en un punto fijo mientras atrapan insectos o beben el néctar de las
flores.
Ecolocalización
Hace 55 millones de años, los murciélagos ya cazaban
insectos en la oscuridad. Pero no fue hasta 1938 que los humanos comenzamos a
entender como lo hacen.
Así como nosotros usamos una linterna para ver en la
oscuridad, un murciélago envía pulsos de sonidos y encuentra las cosas gracias
a los ecos.
La ecolocalización es un método de percepción
sensorial por el cual ciertos animales se orientan en sus ambientes, detectan
obstáculos, se comunican entre sí y encuentran comida.
Hace 200 años Spallanzani descubrió que los
murciélagos volaban en oscuridad total, esquivando incluso finos y tirantes
hilos que les colocaba en una habitación. Recién en 1920 alguien sugirió que
utilizaban sonidos ultrasónicos y en 1938 un estudiante de Harvard pudo
escuchar los sonidos que usan para la ecolocalización por primera vez.
Emitiendo una serie de ultrasonidos que tanto barren
frecuencias altas y bajas o varían alrededor de una sola frecuencia, los
murciélagos pueden distinguir objetos y presas y de ese modo evitarlos o
capturarlos. Pueden determinar así el tamaño de un objeto, su forma, dirección,
distancia y movimiento.
El sistema de ecolocalización de algunos murciélagos
es tan preciso que pueden detectar insectos del tamaño de un mosquito y objetos
tan finos como un pelo humano.
El murciélago produce un sonido con su laringe
(esencialmente igual a la humana, pero más grande en relación al tamaño del
murciélago) y los modifica con extrañas formaciones en su boca y nariz.
Cuando los ecos retornan, alcanzan sus tímpanos que
cambian el sonido en vibraciones hacia los huesos del oído interno e informan
al cerebro sobre los ecos recibidos. Las enormes orejas de algunos murciélagos
ayudan a atrapar los sonidos, aumentando su capacidad auditiva. Los científicos
están investigando más sobre el uso de la ecolocalización en murciélagos para
así poder ayudar a los ciegos a detectar objetos con la ayuda del sonido. Sin
embargo, la mayoría de nosotros no puede oírlos. Estos sonidos están por encima
del umbral más alto de escucha de nuestro oído.
Otros animales
ecolocalizadores:
Ciertas ballenas y delfines. El sonido viaja cuatro veces más rápido en el agua
que en el aire. Algunas musarañas (pequeños mamíferos insectívoros) también
pueden ecolocalizar.
Los hoatzines (Opistocomus
hoatzin, aves muy primitivas que habitan en selvas en Sudamérica),
ecolocalizan y un vencejo cavernícola (también un ave) usa chasquidos de su
lengua para ecolocalizar. Un murciélago frugívoro de Egipto también usa su
lengua del mismo modo.
Enfermedades
Para el caso de los murciélagos la literatura menciona
con mucha frecuencia 2 enfermedades, Histoplasmosis y Rabia.
Histoplasmosis
La Histoplasmosis es una enfermedad ocasionada por un
hongo llamado Histoplasma capsulatum,
el cual se desarrolla en el guano debido a la presencia de elementos nutritivos
adecuados dentro del medio cavernícola, con temperatura y humedad constante.
Cabe aclarar que hasta ahora no se sabe si los
murciélagos son portadores o reservorios de la enfermedad, lo que si se sabe es
que actúan como transportadores mecánicos.
La infección con Histoplasmosis ocurre cuando se
penetra a una cueva, túnel, mina o cualquier refugio con suficiente guano, sin
la protección adecuada, ya que al momento de caminar sobre el guano y removerlo
el hongo desprende las esporas y estas son aspiradas y se acumulan en los
pulmones. Esta enfermedad es frecuentemente confundida con la Tuberculosis y la
Bronconeumonía, por la similitud en los síntomas.
Existe un tratamiento eficaz en contra de esta
enfermedad y se puede combatir cuando se le atiende a tiempo. Se recomienda no
permanecer más de dos horas en contacto con el espacio físico de probable
presencia del hongo; además de minimizar el riesgo utilizando semimáscaras de
protección bucofaríngea. La época de mayor riesgo es la época seca del año.
Rabia
El virus de la rabia se singulariza por su capacidad
para ser excretado en la saliva cuando su huésped se ve impelido a morder: una
característica nada conveniente. La mayoría de la gente no está consciente de
que el perro continúa siendo, por mucho, la especie mas contagiosa para el
hombre, y que cada año los murciélagos vampiro causan miles de muertes entre el
ganado bovino de América. No deben subestimarse las posibilidades de que los
murciélagos no hematófagos pudieran ser transmisores de la rabia para el
hombre, los animales domésticos y los de vida silvestre, aunque es obvio que
estas posibilidades son mucho mas limitadas que el peligro que representan los
murciélagos vampiros que necesariamente tienen que morder para obtener su
diario alimento. Algunas especies de murciélagos insectívoros, frugívoros y
nectarívoros que se han encontrado como portadores de la rabia se encuentran en
los centros urbanos, sin contacto aparente con la especie hematófaga, lo que
nos invita a manejar con mayor precaución a las especies de murciélagos que se
encuentran en las ciudades.
Control
Para la identificación de los
murciélagos es necesario sin duda tener una guía de campo, la cual se basa en
características externas como el color, el tamaño, tipo de oreja, presencia de
cola, presencia de hoja nasal, forma del hocico; así como también con
características más complejas como medidas craneales y estructura dental. Esta
información nos ayuda a saber con certeza la especie de murciélago que se tiene
para así poder hacer un control adecuado y no afectar especies que son benignas
para el hombre. Para llevar a cabo un control exitoso se debe tomar en cuenta
el lugar donde habitan los murciélagos, debido a que existen refugios en los
cuales algunas técnicas de control resultarían obsoletas. Los refugios más
frecuentes en zonas urbanas son las casas abandonadas, los altillos y los
sótanos, las iglesias, los anuncios comerciales pegados en las paredes, los
árboles y las alcantarillas. Para cada tipo de refugio existe una técnica de
control, las cuales pueden ser el uso de repelentes, el uso de luces potentes,
sellar entradas y el uso de redes de niebla (mistnets). El equipo a utilizar depende
de cada técnica de control como las sustancias y las herramientas, pero el
equipo de seguridad debe ser obligatorio para todas las técnicas. El equipo
requerido es el siguiente: mamelucos, botas de PVC, guantes, casco, protección
ocular, semimáscaras con cartuchos gemelos y una lámpara. Nunca se debe
manipular un murciélago sin guantes ni acercárselo a la cara o cualquier parte
del cuerpo, se debe contar con bolsas o jaulas para depositar los murciélagos
capturados.
Los murciélagos
pueden ser controlados naturalmente sin matarlos o maltratarlos. Hay que
armarse de paciencia y utilizar los hábitos y costumbres de estos quirópteros
para poder alejarlos de nuestras viviendas. Si necesita contratar una Empresa
de control de Plagas, (Fumigación) asegúrese que esté debidamente habilitada,
con un profesional como Director Técnico, los productos debidamente habilitados
por el ente que corresponda (Ministerio de Salud, SeNaSa, etc.) y que utilice
métodos no cruentos.
No se olvide que si bien los
murciélagos transmiten enfermedades (también nosotros) son los mejores aliados
a la hora de controlar insectos voladores. Cada murciélago puede capturar (y
comer, por supuesto) hasta 600 insectos en una hora.