Control y prevención de accidentes
causados por animales venenosos
El objetivo del presente es proveer elementos que contribuyan a ampliar la información que lamentablemente escasea sobre el tema de los animales venenosos, algunos de los cuales conviven con nosotros en muchas de las actividades que desarrollamos y pueden significar un riesgo para la salud.
Este documento no pretende ser un compendio sobre este tema sino una ayuda rápida al alcance de cualquier persona.
Antes de iniciar este artículo, me gustaría hacer una aclaración con respecto al término “accidente”. El SerTox, Servicio de Toxicología del Sanatorio de Niños de Rosario (www.sertox.com.ar) presenta un interesante documento sobre esta temática, al cual adhiero, y el que me gustaría reproducir en las partes pertinentes:
“Eliminar de nuestro vocabulario el término accidente es más que un simple problema semántico: es una manera clara de decir que ellos no ocurren por azar, sino, por el contrario, son la consecuencia de una cadena causal de eventos y circunstancias en la que el sujeto siempre puede intervenir para evitarlos o mitigar sus consecuencias”.
“Un texto clásico de Prevención de accidentes de la OPS, comienza diciendo: "en su acepción corriente accidente es algo que sucede por casualidad o fortuitamente". Agrega que el diccionario nos dice: "casualidad y accidente son palabras de sentido negativo que sólo expresan nuestra ignorancia respecto a determinados fenómenos y leyes. Del mismo modo que un ignorante que desconoce la fuerza expansiva de la pólvora, puede estimar tal cualidad como fortuita o accidental, podemos, al desconocer determinadas cualidades y precedentes de fenómenos, considerar como accidental aquello que no lo es realmente. El accidente y lo accidental existen en la mente, pero no en la realidad".
En una revisión reciente sobre el tema la Lic. Laura Bosque y el Dr. Jorge A. Neira adhieren a la idea de reemplazar el término accidente, ya que va más allá de ser un simple problema semántico. El termino accidente se refiere a un suceso imprevisto, generalmente desgraciado, que altera la marcha normal de las cosas. Al sugerir que se trata de un suceso inesperado, el uso de esta palabra obstaculiza el estudio de la situación. Otro dato importante es que la producción de un accidente también suele atribuirse al destino. Esta creencia, al funcionar como premisa, impide la toma de conciencia de los factores determinantes del evento y dificulta la implementación de estrategias de prevención”.
Ahora sí, comenzaré por los Reptiles, animales detestados y poco conocidos, que entrañan una fascinación extrema en el ser humano, quizá por los mitos y leyendas que de ellos se cuentan. Además, continuaré con otros animales no menos peligrosos, como las medusas, arañas, avispas, escorpiones, etc.
Reptiles
Serpientes
Son reptiles de cuerpo muy largo, y cubierto de escamas en la parte dorsal. La parte ventral del cuerpo esta cubierta por partes delgadas. No tienen patas, los ojos son inmóviles sin párpados, y están cubiertos por escamas. La lengua es como una cinta extremadamente larga y puede ser proyectada hacia fuera gracias a su mandíbula.
Esqueleto de la serpiente.
Es muy sencillo, y maravilloso a la vez, en relación con otros reptiles, ya que esta compuesto de:
- Cabeza ósea
- Columna vertebral
- Costillas. Estas están sostenidas por las vértebras y tienen suelto un extremo.
La boca puede abrirse enormemente por que los huesos de la mandíbula están unidos por ligamentos elásticos y la mandíbula inferior esta unida al cráneo por un hueso largo y movible, llamado hueso cuadrado, que permite que el cráneo y la mandíbula se separen.
Las serpientes tragan su presa entera, no la cortan ni la mastican. La tragan empezando por la cabeza de la presa y la hacen progresar lentamente por su tubo digestivo. Si la presa es grande los huesos de la mandíbula se separan y la mandíbula inferior se aleja del cráneo, ampliándose la cavidad bucal.
Los dientes están inclinados para atrás de manera tal que el animal una vez introducido no pueda retroceder.
Como puede apreciarse, tanto los sistemas óseos, muscular, digestivo y tegumentario tienen adaptaciones para la facilitación del ingreso de la presa.
Locomoción
Los ofidios no tienen patas. Para trasladarse utilizan movimientos ondulantes o serpenteantes, también lo hacen en forma recta.
Estos movimientos se realizan de la siguiente manera: Cuando la costilla es empujada hacia adelante por los músculos las placas ventrales apoyan en el suelo y se adhieren en las irregularidades como hacen los dientes de la rueda de un tractor.
Bothrops alternata (yarará grande, Crucera, víbora de la cruz)
Tiene un cuerpo robusto y sus dimensiones van desde 25 a 150 cm. de largo. Su coloración es pardo castaño, variando la tonalidad según el individuo, de claro a muy oscuro. En la región dorsal y a cada lado del cuerpo presenta una serie de manchas, redondeadas, que pueden oponerse o alternarse con las del lado opuesto. Estas manchas están bordeadas por un fino trazo blanquecino. Dichas manchas adquieren la forma de "C" o de "tubo de teléfono". Más ventralmente tiene una serie de grandes lunares castaños bordeados de oscuro. El vientre de fondo color crema está salpicado de pequeñas manchas oscuras.
Sobre la cabeza se observa un diseño de líneas angostas, blanquecinas en forma de ballesta y ocasionalmente una cruz. A cada lado de la cabeza y entre la narina y el ojo se observan dos formaciones llamadas fosetas loreales, pequeños órganos que captan las radiaciones infrarrojas, lo que le permite localizar presas de sangre caliente con mucha precisión.
Habita junto a cursos de agua, en zonas bajas, pajonales, esteros, bañados, campos y montes.
Se alimenta de roedores. No es particularmente agresiva.
Bothrops neuwiedi diporus (yarará chica)
Es poco robusta, mide entre 22 y 92 cm. de largo. El color del fondo es castaño grisáceo, presentando a cada lado del cuerpo un diseño dorsolateral que consiste en manchas castaño oscuro en forma de trapecios con base menor hacia el dorso y los bordes oblicuos, delineados en un tono blanquecino. Por debajo de la base del trapecio, frente a sus ángulos tiene dos manchas secundarias pardas y ovaladas. En la cabeza se observan manchas gruesas, irregulares, castaño oscuro sobre un fondo más claro, rodeadas de un halo blanquecino. Posee también fosetas loreales.
El vientre es de color claro con pequeñas manchas oscuras difusas.
Habita en serranías pedregosas y húmedas.
Se irrita fácilmente y ataca cuando alguien se le acerca.
Crotalus durissus terrificus (Cascabel)
Su cuerpo es muy robusto y mide entre 30 y 160 cm. de longitud. La caracteriza el apéndice córneo que presenta en el extremo caudal, compuesto de hasta 14 segmentos engarzados entre sí y que producen un sonido característico cuando el animal se excita y lo agita. El color de fondo es castaño claro, con una serie de rombos de eje mayor mediodorsal más oscuros, delimitados por escamas blanquecinas. A los lados presenta triángulos oscuros, bordeados de claro, con un ángulo apuntando hacia el dorso. En la cabeza presenta dos franjas longitudinales algunas más oscuras que el color de fondo. Posee fosetas loreales. La región ventral es de color crema.
Es una especie en vías de extinción por lo que su caza está prohibida. Habita en zonas de campo o monte sucio, preferentemente pedregosos. Se alimenta de roedores. Es relativamente agresiva. El dorso de la cabeza está cubierto de pequeñas escamas. A pesar de las leyendas, esta especie no se encuentra en la Provincia de Buenos Aires.
Micrurus frontalis altirostris (Coral).
Mide entre 18 y 180 cm. de largo. La cabeza es pequeña y está cubierta por escamas grandes, lisas y brillantes. No hay distinción entre la cabeza y el cuerpo. Se identifica porque presenta anillos completos, de diferentes colores alrededor del cuerpo, a diferencia de las falsas corales, donde estos anillos se interrumpen en la zona ventral.
Posee 11 a 15 triadas de anillos negros separados entre sí por anillos más finos de color amarillo. Las triadas están separadas por bandas rojas anchas pero más angostas que el grupo de anillos negros. La cabeza y los ojos son pequeños. Presenta diente inoculador anterior, con canal incompleto. La cola es muy corta y de punta roma. Habita en zonas arenosas, pedregosas, praderas, campos altos. Sus hábitos son subterráneos. Se le encuentra en el norte del país. No es agresiva.
Cuadro 1. Diferencias entre las Corales verdaderas y las falsas
CORALES VERDADERAS
|
CORALES FALSAS
|
Dientes grandes (Colmillos) presentes en la parte anterior superior de la boca y dispuestos perpendicularmente a ella.
|
No hay colmillos, sino una serie de dientes pequeños en la maxila superior.
|
La cabeza no se destaca del cuello.
|
La cabeza se destaca del cuello o no.
|
Los anillos negros son completos, cubren también el vientre.
|
Los anillos negros completos o no.
|
Ojo pequeño usualmente.
|
Ojo grande o pequeño.
|
Número impar de anillos negros entre 2 anillos rojos consecutivos (1 o 3 anillos).
|
Numero par (2 o 4) o impar (1) de anillos negros entre 2 anillos rojos consecutivos.
|
Cuadro 2
Diferencias entre las serpientes venenosas y no venenosas (Excepto Corales y Cobras)
CARACTERISTICAS
|
SERPIENTES
VENENOSAS
|
SERPIENTES NO
VENENOSAS
|
PRIMARIAS
|
Colmillos Inoculadores
(Solenoglifas)
|
Presentes
|
Ausentes
|
Foseta Termorreceptora Loreal
|
Presente
|
Ausente
|
SECUNDARIAS
|
Cabeza
|
Triangular
|
Triangular o no
|
Pupila
|
Vertical
|
Vertical o no
|
Cola
|
Corta y gruesa
|
Larga y delgada
|
Escamas
|
Carenadas
|
Lisas
|
Coloración
|
No unicolores
|
Unicolores o no
|
Actitud que asumen
|
Ataque
|
Huida
|
Clasificación dentaria de las serpientes
Aglifas
Son aquellas con la dentadura del maxilar superior formada por pequeños dientes en forma de ganchos y curvados hacia atrás, sin conducto capaz de inocular veneno. Estos animales no representan peligro alguno para el hombre.
Estos dientes son sólidos, lisos, cortantes y cortos; sus mordeduras causan heridas superficiales salvo que la serpiente sea de gran tamaño, como una Boa o una Anaconda.
Opistomegadontes
Serpientes con dos dientes posteriores más grandes que los restantes, ubicados en la cavidad bucal.
Los dientes posteriores son utilizados para la captura de las presas, estos no presentan canal para introducir el veneno. Este grupo es una especialización de las serpientes aglifas. Por ejemplo el colúbrido Oxyrhopus rhombifer.
Opistoglifas
Son aquellas que poseen dientes con disposición a las aglifas, pero tienen un par de dientes alargados de posición posterior, fijos y surcados por un canal lateral externo, capaz de escurrir el veneno.
El veneno es producido en muy pocas cantidades y no es muy activo, siendo pocas veces inoculado con eficacia, por lo cual no presentan ningún peligro para el hombre.
Algunas serpientes de este grupo son ofiófagas, especialmente de las venenosas.
Proteroglifas
La disposición de su dentadura es igual a las anteriores pero los colmillos están ubicados en la porción anterior y los colmillos poseen un canal inoculador de veneno. Son pequeños, curvados ligeramente e inmóviles. Este par de dientes son de mayor tamaño que los demás.
Su mordedura es, generalmente, mortal para el hombre si no se trata a tiempo. Están representadas por las corales (Micrurus).
Solenoglifas
Poseen el aparato inoculador de veneno más especializado que existe, el cual consiste en un par de colmillos, fuertes, curvados hacia atrás y situados en la parte anterior del maxilar superior.
Los colmillos están cubiertos por una mucosa llamada Vagina Dentalis, estos además poseen un conducto que lleva el veneno desde la glándula de veneno hasta la punta del mismo.
En el momento que la serpiente se dispone a morder, abre la boca y proyecta los colmillos hacia adelante. A este grupo pertenecen la Yarará (Bothrops) y la Cascabel (Crotalus).
Química y fisiopatología de los venenos
Los venenos de las serpientes son sustancias complejas, sobre todo proteínas, con actividad enzimática. Aunque las enzimas son fundamentales, las propiedades tóxicas de un veneno se pueden deber a determinados polipéptidos de tamaño pequeño. Parece que la mayor parte de los componentes de los venenos se unen a múltiples receptores fisiológicos de la víctima. Por tanto, la clasificación arbitraria de los venenos de las serpientes como neurotoxinas, hemotoxinas y cardiotoxinas es superficial y puede provocar graves errores en la valoración clínica.
Los efectos incluyen lesiones locales, defectos vasculares, hemólisis, un síndrome parecido a la coagulación intravascular diseminada (CID) por desfibrinación y defectos neurológicos, pulmonares, cardíacos y renales. El veneno de los crotálidos altera la permeabilidad vascular capilar con la consiguiente extravasación de electrólitos, coloide y células hacia el sitio de la picadura y otros órganos (pulmones, corazón, riñones y, con menos frecuencia, SNC). En algunos pacientes con mordeduras graves por serpiente de cascabel se puede producir proteinuria, hemoglobinuria y mioglobinuria. El veneno de la serpiente coral (elápidos) contiene componentes principalmente neurotóxicos, que producen bloqueo neuromuscular. La ausencia de actividad enzimática significativa explica que los síntomas y los signos en la zona de la mordedura sean mínimos.
Signos, síntomas y diagnóstico
Los síntomas y los signos locales de las mordeduras por la mayoría de los crótalos incluyen marcas de mordedura, dolor inmediato, edema (en 10 min., en pocas ocasiones tarda >30 min.) y eritema o equimosis en el lugar de la mordedura y los tejidos adyacentes. Sin tratamiento, el edema progresa con rapidez y puede afectar a toda una extremidad en horas. Se pueden observar linfangitis y linfadenopatías regionales dolorosas, así como aumento de la temperatura de la zona lesionada. Entre las manifestaciones sistémicas destacan las náuseas, los vómitos, la diaforesis, las parestesias, la fiebre, la debilidad generalizada, las fasciculaciones de la cara, las alteraciones del estado mental, la hipotensión y el shock. Los pacientes mordidos por una serpiente de cascabel pueden sentir un gusto metálico, a menta o gomoso. Se puede producir hemorragia en el sitio de la mordedura o en las mucosas. Pueden presentarse hematemesis, melenas o hematuria.
En las mordeduras por serpiente coral pueden producirse tumefacción y dolor escasos o nulos, en general transitorios. Las manifestaciones sistémicas se pueden retrasar de 8 a 24 h. Son frecuentes las parestesias alrededor de la zona de la mordedura y cierta debilidad de la extremidad que se manifiesta en horas. El paciente puede sentir notable debilidad y letargia, así como alteraciones sensoriales con euforia o amodorramiento. Se puede producir parálisis de los nervios craneales, como ptosis, diplopía, visión borrosa, disfagia y aumento de la salivación. Estas alteraciones pueden ir seguidas de dificultad respiratoria y flaccidez muscular. Cuando se ponen de manifiesto los efectos neurotóxicos del veneno de la serpiente coral, resulta difícil revertirlos con antídotos y pueden durar 3 a 6 días a pesar del tratamiento. Los pacientes no tratados pueden morir por insuficiencia respiratoria.
La gravedad de cualquier mordedura de serpiente depende del tamaño y la especie de la misma, de la cantidad de veneno inyectada, de la localización y la profundidad de la mordedura (suelen ser más graves las mordeduras en la cabeza y el tronco que en las extremidades), de la edad, el tamaño y la salud del paciente, del tiempo transcurrido antes de instaurar el tratamiento y de la susceptibilidad del paciente (respuesta) al veneno.
En ocasiones se ha realizado una gradación numérica del envenenamiento en la literatura; sin embargo, resulta más práctico dividir los casos en leves, moderados o graves en función de las alteraciones locales, de los síntomas y los signos sistémicos, de las alteraciones de la coagulación y los resultados de laboratorio. Se debe determinar el grado de envenenamiento en función del síntoma o del signo o de los datos de mayor gravedad. Un envenenamiento puede progresar con rapidez de mínimo a grave y se debe reevaluar de forma continua.
Marcas de mordedura
El tipo de marcas de la mordedura puede sugerir la clase de serpiente responsable, pero la identificación no resulta exacta. En el momento agudo es posible que no se reconozcan con claridad los patrones de mordedura típicos, basados en la anatomía de la mandíbula de la serpiente. Las serpientes de cascabel pueden dejar una o dos marcas de mordedura o arañazos y marcas de otros dientes, siendo frecuentes las marcas únicas. Las mordeduras por serpientes no venenosas suelen mostrar múltiples marcas de dientes.
Primeros Auxilios
Las mordeduras de serpientes constituyen una urgencia médica, que debe ser atendida de inmediato. Se debe determinar si la serpiente es venenosa o no y si se ha producido un envenenamiento, ya que una serpiente venenosa puede morder sin inyectar el veneno (un 20 a un 30% de las mordeduras de crótalos y un 50% de las mordeduras por serpiente coral son “secas”). Cuando no se produce envenenamiento o la mordedura ha sido producida por una especie no venenosa, se debe tratar la lesión como una herida punzante. En todos los casos de envenenamiento resulta aconsejable contactar con un centro toxicológico.
El paciente debe alejarse o ser alejado de la distancia de alcance de la serpiente. Debe evitar cansarse y se le debe tranquilizar, mantener caliente y transportar al centro médico más cercano lo más pronto posible. Se debe inmovilizar la zona lesionada laxamente en posición funcional justo por debajo del nivel del corazón y quitar al paciente todos los anillos, relojes y ropa apretada. No se le deben administrar estimulantes, y están contraindicados los torniquetes, la incisión y succión, la crioterapia y el electroshock. En Estados Unidos no se recomienda la inmovilización por presión para las picaduras por crótalos, ya que se puede acentuar la necrosis local, lo que sucede también con nuestras yararaes.
Se debe obtener una historia detallada (momento de la mordedura, descripción de la serpiente, tipo de tratamiento aplicado en el sitio de la misma, trastornos médicos asociados, alergia a productos de caballo y antecedentes de mordeduras de serpientes y tipo de tratamiento aplicado para las mismas) y realizar una exploración física completa. Se debe vigilar al menos durante 12 h a todos los pacientes con mordeduras de serpientes, sean éstas venenosas o no. En las mordeduras por serpiente coral, los efectos neurotóxicos del veneno obligan a controlar la saturación de O2 y la función pulmonar basal y seriada (flujo máximo, capacidad vital).
El suero antiofídico sigue siendo la parte más esencial del tratamiento de los envenenamientos moderados o graves por serpientes venenosas. Los únicos antídotos disponibles comercialmente se obtienen de caballos, por lo que se debe realizar la prueba de sensibilidad al suero de caballo (incluida en el envase) antes de administrarlo. La eficacia de un antídoto depende del tiempo y de la dosis; su eficacia es máxima en las primeras 4 hs y se reduce a partir de las 12 hs, aunque puede revertir la coagulopatía después de 24 hs. La dosis inicial debe estar determinada por la gravedad y la progresión de las alteraciones locales, los signos y los síntomas sistémicos o los datos de laboratorio en ese momento.
CroTab es un nuevo antídoto obtenido de ovejas inmunizadas con veneno de crótalo norteamericana, lo que determina la producción de IgG.
Accidente bothrópico
Casi todos los casos notificados en nuestro país corresponden a este género. Es pues de fundamental importancia conocer sus características, para lograr un diagnóstico correcto e iniciar el tratamiento precozmente. Nos referiremos exclusivamente a este accidente.
Son dos los ofidios del género Bothrops (alternata y neuwiedi) que producen los accidentes en nuestro país, los que son claramente diferenciables entre sí por su morfología. Sin embargo el cuadro clínico que ocasionan es semejante en ambos casos.
Clínica
Las manifestaciones clínicas se observan a nivel local, regional y general.
Manifestaciones locales: son producidas por los componentes proteolíticos del veneno y se observan en la zona de penetración de los dientes inoculadores. En la mayoría de los casos se observan las dos punturas, en otros solo una y si el ataque es repetido, pueden observarse varias.
Clínicamente el paciente refiere intenso dolor local que aparece inmediatamente luego de la mordedura, el que posteriormente se extiende en sentido proximal. Hay sangrado espontáneo por los orificios, equimosis discreta periorificial y edema.
Más tardíamente puede complicarse con sobreinfección bacteriana por los microorganismos que se hallan en la boca del ofidio.
Manifestaciones regionales: son consecuencia de la extensión de los efectos proteolíticos y trastornos de la coagulación. Hay edema duro, caliente y doloroso, acompañado de adenitis y linfangitis. En los casos que afecte algún miembro se acompaña de impotencia funcional.
Posteriormente aparecen equimosis y flictenas con contenido serohemático y sangrado por las zonas erosionadas.
El edema y las equimosis provocan atrapamiento de fluidos en la zona afectada, que cuando son de entidad producen compresión de las estructuras arterio-venosas con sus consecuencias.
Manifestaciones generales: son producidas por los componentes tóxicos del veneno.
El veneno produce: vasodilatación que ocasiona hipotensión arterial; tiene acción procoagulante, con consumo de plaquetas, fibrinógeno, fibrina y complejo protrombínico, derivando en un estado de hipocoagulación que favorece el sangrado, y hemólisis que sumada al sangrado causa anemia. Por acción renal puede llevar a la insuficiencia renal, en cuya patogenia también participa la hemólisis y la disminución del gasto renal secundario a sangrados, edema y deshidratación. Los efectos neurotóxicos: son raros y se ven en los casos de envenenamiento por B. neuwiedi.
La fibrinólisis se manifiesta por la lisis del fibrinógeno y fibrina con aumento de sus productos de degradación. La hipercoagulabilidad inicial, luego deja lugar a la hipo o incoagulabilidad.
Puede observarse hematuria, oligoanuria, insuficiencia renal aguda, anemia, hemorragias, hipertermia y deshidratación.
Tratamiento del accidente bothrópico
Medidas generales
- Mantener la zona de la mordedura en posición de descanso lavado, desinfección y cura plana de la herida.
- SE CONTRAINDICA: incisiones, succión en el punto de la inoculación, aplicación de torniquete, inyección local de suero u otras sustancias.
- Traslado inmediato del accidentado al centro asistencial más cercano, en donde recibirá el tratamiento específico.
- Obtener vía venosa periférica bien fijada, y pasar suero fisiológico para mantener la vía.
- Calmar el dolor.
- Profilaxis antitetánica si corresponde.
- En caso de presentarse sobreinfección bacteriana iniciar tratamiento antimicrobiano.
Tratamiento específico
Consiste en la administración del antiveneno (suero). Su acción es neutralizar al veneno circulante. Debe darse precozmente, aunque no existe plazo para su inicio. El suero neutraliza miligramos de veneno, ya que va dirigido a la cantidad de veneno inoculado por el ofidio y éste no está relacionado con el peso del accidentado. Debe recordarse que el accidente en el niño suele ser más grave.
El suero neutraliza los venenos de Bothrops: alternata y neuwiedi, que producen accidentes dentro de nuestro territorio. Se trata de una inmunoglobulina bivalente de origen equino, altamente purificada, que se presenta en estado líquido en frascos conteniendo 10 ml que neutralizan 25 mg de veneno B. alternata y 15 mg de B. neuwiedi, por lo que deben suministrarse al inicio 4 frascos. En caso de accidentes con niños la dosificación es el doble que la del accidente en adultos, debiéndose administrar 8 frascos de inicio. Debe conservarse entre 5 y 8º C y no puede ser congelada. Su período de validez es de 3 años.
Tratamientos alternativos
No deben utilizarse y no se recomienda ninguno. Los mismos retrasan la aplicación del suero específico que neutraliza el veneno circulante, y en algunos casos, como el uso de heparina, pueden agravar el cuadro.
Evolución
Con el tratamiento instituido precozmente, la evolución es habitualmente favorable, obteniéndose reversión de los síntomas.
En los casos graves, en que se instala una coagulopatía o insuficiencia renal, esta revierte en forma completa con la corrección de los factores prerrenales, la seroterapia y eventualmente hemodiálisis indicada precozmente.
Como secuelas más alejadas pueden quedar lesiones necróticas de piel, tejido celular y aponeurosis que podrán requerir limpieza quirúrgica y reparación plástica.
Prevención de los accidentes con ofidios ponzoñosos
- Evitar áreas especialmente riesgosas por ser hábitat preferenciales de estos reptiles
- Usar elementos de protección adecuados como botas de caña alta, ropas gruesas, camisas de manga larga y pantalón doble). Estas medidas evitan 75 a 80% de los accidentes que se producen fundamentalmente en los miembros inferiores.
- Estar alerta en las marchas, evitar introducir la mano a ciegas en cuevas, nidos, bajo piedras etc.
- Para aquellos individuos que por su profesión de hacheros, cañeros, biólogos, exponen sus manos, es imprescindible el uso de guantes de cuero o descarne grueso.
- En caso de inundaciones estas medidas de prevención deben ser tomadas en forma más estricta, ya que las corrientes de agua suelen desplazar a los ofidios de sus refugios naturales.
- Limpiar adecuadamente los alrededores de las viviendas.
- Exterminar roedores de viviendas y galpones con el fin de evitar la provisión involuntaria de alimento a los ofidios que puedan colonizar estas construcciones.
- Establecer carpas para campamentos en zonas altas, limpias y secas.
- Revisar las ropas del campamento, frazadas, botas, etc. previamente a su uso.
En futuras entregas publicaré el resto del documento. Gracias.
Actualmente estoy verificando las licencias de algunas imágenes, cuando
el proceso termine las iré cargando.